La influencia del vino de Jerez en el whisky
El whisky es uno de los espirituosos más consumidos del mundo. Existen tantos tipos de whisky como paladares dispuestos a probarlos. Lo que no es tan conocido es el porqué de sus matices y sus diferentes sabores.
Uno de los factores que más influyen en el aroma y el sabor del whisky es la madera. En este artículo hablamos de cómo las barricas de Jerez dotan de carácter y señorío al rey de los destilados.
El jerez sale al encuentro
En la década de 1860, España comenzó a exportar vino de Jerez al mundo. Dos de los destinos fueron Irlanda y Escocia, ambos grandes productores de whisky.
Puesto que el crecimiento de los robles británicos era lento, las destilerías de las islas empezaron a añejar sus caldos en barriles de jerez.
Qué le da el jerez al whisky
Según el tipo de jerez que han contenido, las botas proporcionan unas u otras características al whisky.
Un jerez fino aportará matices de frutos secos y cítricos, mientras que un oloroso dotará al destilado de complejidad aromática. Por su parte, la manzanilla regala notas saladas, marinas, y el Pedro Ximénez le da un toque dulzón.
Whiskys corazón de jerez
Tras el período de ley seca (1920-1933), los Estados Unidos empezaron a exportar hacia Irlanda y Escocia barricas de roble americano (algunas ex Bourbon). Sus precios eran más bajos que las de jerez, y poco a poco empezaron a ganarle mercado a las españolas.
Sin embargo, algunas de las mejores productoras de whisky escocés siguen añejando sus caldos en madera ibérica. Es aquí donde toma importancia la figura del maestro maderero.
Ejemplo de ello es Stuart McPherson, quien desempeña ese rol en The Macallan. El origen del Macallan comienza en la cornisa cantábrica, con la selección de los robles. Tras envinar oloroso de jerez durante dos años, las botas son enviadas a las Tierras Altas de Escocia. En ellas, las diferentes gamas de whisky envejecerán entre 12 y 18 años.